Un hombre de la tercera edad llamado José Adán Barrera Méndez vive en situación de calle en Campeche. Desafortunadamente en estas épocas se las ha visto más difícil, por lo que no tuvo otra opción que ir a pedir un poco de comida en una casa.
¿Qué le dieron? ¡Croquetas de perro mezcladas con un poco de arroz!
El hombre no se había percatado de lo que le habían dado en el plato e, inocentemente, siguió su camino pidiendo en otra casa un poco de pan para acompañar el alimento.
Por fortuna, así como hay personas francamente malvadas, también hay otras que son compasivas.
El abuelito se sentó más adelante para comer lo que le habían dado y ahí fue que se dio cuenta de la humillación. Estaba llorando cuando un joven notó lo que estaba pasando y lo apoyó.
Tras conocer su historia, Fabián decidió invitarlo a su casa. Ahí le regaló ropa nueva y le permitió usar su regadera para que se bañara y se afeitara. “
Para mí lo que le hicieron es sinónimo de burla y de gente sin educación. Es triste ver cómo entre nosotros mismos nos tratamos como mierda”, señaló.
Excélsior