Eres el conductor de todo lo que inspeccionas. El problema es que a veces aquellos a los que inspeccionas ¡no desean que los controles! Deberás tener cuidado de suavizar tus extraordinarias habilidades de liderazgo. Incluso cuando las personas necesiten que te hagas cargo, es más importante que sean ellos mismos los que pidan tu ayuda más que tú se la ofrezcas deliberadamente. A veces los mejores líderes facilitan y no dirigen.