Este es un álbum de Selfies, Autofotos o Cosas de borrachos pendencieros. Da igual el nombre que usemos; sabemos de lo que se trata: un libro entero dedicado a nuestra cara y exactamente desde el mismo ángulo.
Los cambios de una fotografía a otra son, sin embargo, notorios: morritos o no morritos, susto o no susto, media sonrisa o sonrisa mellada, ojos abiertos o posesión infernal, vómito propio o vómito de otro, lengua limpia fuera, brillo de calva o brillo de gomina, lengua de mascar tabaco fuera y consciente o inconsciente (estas son las mejores porque el tipo roza el coma etílico, pero así y todo la mano se mueve sola y se saca la foto; creo que es cosa de vudú).
Y que no os quepa la menor duda: el álbum de selfies sigue siendo mejor y más representativo que el del día de la boda.