Dicen que los perritos son el mejor amigo del hombre, esto incluso se puede incluir a los niños y bebés; para muestra tenemos la siguiente historia.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 15 de junio en casa de Kenzie Kennedy, una joven madre de 22 años, de California (Estados Unidos). Aquel día, Kenzie escuchó el llanto de su hijo Crew, que se encontraba en su habitación a oscuras, y se llevó una grata sorpresa al echar un vistazo por el monitor del bebé.
La madre no solo vio a Crew llorando en su cuna, sino que observó cómo sus perros, Reiney y Ruby, se habían apresurado a estar a su lado.
En cuanto el pequeño comenzó a llorar en su cuna, Reiney se posicionó inmediatamente a su lado para calmarlo, mientras Ruby esperaba pacientemente en el suelo.