Un chofer brasileño del transporte público demostró que tiene un gran corazón, pues a mitad del trayecto paró su unidad para evitar que un perrito fuera atropellado.
En una de las avenidas más transitas de Río de Janeiro, el hombre vio que el animalito estaba en peligro. Así que detuvo un momento el autobús y fue a rescatarlo para subirlo al camión.
A pesar de que el conductor no sabía cómo tomarían su decisión los pasajeros, pues quizá podría retrasar el viaje, cuando regresó se sorprendió por la bienvenida que le dieron tanto a él como al perrito, pues se alegraron de que estuviera a salvo a pesar de haber perdido algunos minutos.
En ocasiones el ritmo de las ciudades va tan rápido que nos olvidamos de que siempre podemos tomarnos unos minutos para ayudar a alguien y que nuestras buenas acciones tendrán impacto en la vida de otros.
Excelsior