Cuando somos alumnos, grandes o pequeños, muchas veces no tenemos conciencia del esfuerzo que implica ser profesor, a veces hasta los vemos como villanos que solo quieren hacernos sufrir (y algunos seguro sí).
Pero hay otros, muchos, que entregan todo por darle una educación de calidad a sus alumnos, y algunos lo han hecho hasta el lecho de muerte.
Así fue la historia de Alejandro Navarro, un profesor que, cuando supo que debía estar internado en el hospital, lo primero que agarró fueron su computadora y su cargador, para no abandonar a sus alumnos.
Hospitalizado por problemas en el corazón, se pasó todos los días internado calificando trabajos y exámenes, mostrando una dedicación y compromiso inigualable.
Lamentablemente, Alejandro perdió la vida, pues su corazón ya no aguantaba más.
Su historia la conocemos porque su hija Sandra, que también es profesora, la dio a conocer en sus redes sociales y llamó a tener más conciencia sobre el exceso de trabajo en el que viven quienes se dedican a la educación.