El mercado de los videojuegos es un pastel demasiado jugoso cómo para pasar desapercibido ante los ojos de Google. El coloso de Silicon Valley se plantea su incursión en el ocio electrónico con una nueva consola y un servicio de streaming de videojuegos multidispositivo. Analizamos todos los puntos de su estrategia y la viabilidad de la tecnología que pretenden usar.
Las tecnologías avanzan, los hábitos de consumo evolucionan y con ello la forma en la que jugamos a videojuegos también sufre cambios drásticos. Aún estamos superando la transición de pasar de los videojuegos físicos a las copias digitales, y llevará años eliminar por completo las copias físicas pese a que las ventajas son abrumadoras.
Los discos se rallan, se pierden, las cajas ocupan espacio en nuestras estanterías y, lo peor de todo, hay que levantarse del sofá para cambiar de juego. El formato digital ha llegado dispuesto a imponerse y aunque todavía le queda un largo camino para lograr su gesta ya tenemos en el horizonte un nuevo modelo para administrar nuestros juegos: el streaming.