Las ratas suelen despertar asco en gran parte de la sociedad, pero en la India pueden presumir de tener incluso un templo. Se llama Karni Mata, está ubicado en Deshnok y tiene miles de roedores en su extensión.
Cuenta la leyenda que la dueña de la construcción pidió al dios de la muerte que le devolviese la vida a su hijo, fallecido por ahogamiento. La divinidad no se lo concedió y la mujer decidió a partir de entonces reencarnar en ratas a todos sus descendientes.
Por ello, es un lugar de culto para los habitantes de la zona y en los últimos años se ha convertido en un verdadero reclamo para los turistas que llegan a la ciudad. A pesar de estar plagado de roedores, las normas para entrar al templo establecen que los visitantes deben descalzarse.
Los guías de la construcción aseguran que la máxima atracción es encontrar a la rata blanca, aunque en realidad hay varios ejemplares con este tipo de pelaje. Según la leyenda, se trataría de Karni Mata y el resto de sus hijos.