De acuerdo con un estudio de la Universidad de Montreal.
Primero se les realizó una entrevista vía telefónica y se les pidió llenar un formulario en su propia cada para evaluar su estado emocional. Posteriormente los llevaron al laboratorio, en donde los expusieron a cuatro situaciones distintas, creadas específicamente para crearles un sentimiento distinto: aburrimiento, estrés, frustración y relajación.
En el primer escenario, los examinados permanecieron solos en una habitación durante seis minutos. La frustración, por su parte, se desató cuando les pidieron realizar una tarea aparentemente fácil y rápida, que al final no lo era.
Los hallazgos demostraron que las personas con conductas repetitivas centradas en el cuerpo tenían mayor ansia de manifestarlas cuando se sentían aburridas, frustradas o impacientes en comparación con cuando estaban relajadas o con el grupo de control.
“Creemos que los individuos con estos comportamientos repetitivos pueden ser perfeccionistas, lo que significa que no son capaces de relajarse o realizar tareas a un ritmo ‘normal’. Son también propensos a la frustración, impaciencia e insatisfacción cuando no se alcanzan sus metas. Además experimentan altos niveles de aburrimiento”, dijo en el estudio publicado en el Journal of Behavior and Experimental Psychiatry, el autor principal, Kieron O’Connor.